Los separadores de dedos no deben usarse por más de una hora a la vez. Se recomienda comenzar con sesiones más cortas, como de 15 a 30 minutos, para acostumbrar gradualmente los pies a su uso. Después del período de adaptación, que varía para cada persona, se recomienda no usarlos más de una hora al día. El principal objetivo de los separadores es estirar y alinear los dedos, lo que puede ayudar a mejorar la postura del pie, reducir la tensión muscular y prevenir deformidades como los juanetes. El uso regular pero a corto plazo de los separadores puede ser beneficioso, pero siempre debes observar la reacción de tus pies y consultar a un especialista si sientes incomodidad.